Metabolismo

El metabolismo, lejos de ser un único fenómeno, es un conjunto de ellos, gracias a los cuales el individuo transforma aquello que recibe del mundo en nutrientes provechosos para él mismo. El metabolismo funciona principalmente sobre la experiencia, creando por síntesis conclusiones complejas de experiencias simples o, por el contrario, degradando experiencias complejas en conclusiones simples. Las funciones metabólicas de los seres humanos son mayormente inconscientes, y tienen su mayor rango de actividad durante las conversaciones con otros individuos. Está demostrado que lo aprovechable para el cuerpo de todas las palabras que recibe no llega al uno por ciento. El resto será expulsado por el organismo en forma de malentendidos.

Cáncer

Un cáncer consiste en una mitosis celular descontrolada, fuera de toda razón. Y como todas las locuras, no existe una causa única que actúe directamente como desencadenante, sino que se trata de un cúmulo de acontecimientos sufridos a lo largo de toda la vida del sujeto. Por eso se ha considerado que esta enfermedad, más que invasiva, debía considerarse erosiva.

Ha habido intentos de vincularlo directamente con el consumo de transgénicos, pero nunca se han podido encontrar pruebas concluyentes para ello. Esto se debe a que la paciencia excesiva, soportar a personas insufribles, o no hacer un uso correcto de la modestia, se han revelado como factores decisivos en el desencadenamiento de la enfermedad.

Vacunas

Dícese de las enfermedades cuando son débiles y controladas por seres humanos. Su objetivo: desarrollar la fortaleza del cuerpo a base de porciones de sufrimiento. Frecuentemente, religiones y filosofías han aspirado a ser vacunas. Incluso, el desarrollo y mejora de ciertas vacunas ha sido tarea de la ciencia, hasta el punto de identificarse con ellas. Existen vacunas contra todas las afecciones imaginables, incluso contra la melancolía y la risa.

Sin embargo, su estudio será siempre una necesidad, pues afortunadamente los virus tienen la maravillosa capacidad vital de la mutabilidad.

Batracios

Los batracios componen una familia extraña, pues apenas existen seres cuyo cuerpo pueda ser blando y sin embargo frío al mismo tiempo.

Otro aspecto curioso de su fisonomía es el cambio que sufre su cuerpo durante el desarrollo. Es bien sabido que si viéramos un batracio en edad infantil y, años más tarde, pudiéramos apreciarlo en su madurez, seríamos incapaces de reconocerlo. El batracio pierde la cola, muda de hábitos, de cuerpo y de lecturas en cuanto llega a la edad adulta. 

Sin embargo, dichos cambios resultan ser algo imperceptible para él mismo, pues son sufridos gradualmente. Todas las teorías apuntan a que el propio batracio es incapaz de saber cuándo alcanzó la madurez.

La única diferencia que son capaces de percibir respecto a su etapa infantil es que, al perder las branquias en la edad adulta, se ahogan donde antes podía nadar sin preocupación alguna.

Homeotermos

Los seres que se incluyen dentro de esta categoría son individuos que mantienen su sangre caliente a pesar del lugar y la situación en que se encuentren. No necesitan el aliento de otros, nunca se desaniman.

Esto hace que los homeotermos nunca vivan solos pues ningún individuo los evita, y aunque ellos mismos serían capaces de subsistir sin compañía, prefieren el contacto con otros individuos. Únicamente tienen desarrollada una profunda aversión hacia los poiquilotermos, quienes buscan calentarse a costa de friccionar constantemente su cuerpo contra el del homeotermo (Lo cual produce desgaste e irritaciones en sus órganos más internos).

Los homeotermos son individuos raros, pues serlo en un momento dado no les asegura que vayan a seguir siéndolo el resto de su vida, pues el equilibrio que mantienen, más que de una condición natural, se trata de un ejercicio que deben efectuar a diario.

Cefalópodos

Se conoce con este nombre a los seres cuyos pies semejan ser extensiones de sus cabezas. Poseen, por tanto, la capacidad de rozar sus ideas con sus movimientos, y de hacer que todos sus movimientos provengan de sus ideas. Han sido hostiles a los gasterópodos desde los comienzos del pensamiento.

Los primeros cefalópodos de los que tiene vestigios occidente datan del siglo V y IV a.C. A estos primeros individuos se les ha catalogado y encuadernado bajo los nombres de Platón y Aristóteles respectivamente.

Se ha considerado siempre de buen gusto entre los intelectuales poseer, a la vista de las visitas, un fósil de alguno de estos seres.

Anfibios

Como su propio nombre indica, estos son seres anfi-bióticos, es decir, albergan en su interior dos vidas. Es de destacar que estas dos vidas no se presentan al modo en el que lo hacen las siete de los felinos (esto es, consecutivamente), sino que se despliegan dentro de un mismo organismo en un tiempo idéntico. Debido a esta cualidad, hoy día se mantiene un acalorado debate acerca de si estos seres deben ser estudiados como un único individuo o como dos.

El hecho de que desplieguen en su interior dos vidas no implica que ambas deban ser antagónicas, y aunque en ocasiones el desarrollo de una conlleve a la larga la muerte de la otra, también se ha demostrado que pueden ayudarse mutuamente en su desarrollo. Asimismo, que participen de un desarrollo conjunto no implica que por ello tengan la bondad entre sus órganos.

El anfibio puede ir y venir, hablar y callar, triunfar y fracasar, o decir sí y no. Es así como, aunque los anfibios son irreconocibles simplemente por su aspecto, se descubren porque su comportamiento nos resulta ininteligible.

Sabemos que hay anfibios porque no conocemos nada acerca de ellos.

Anélidos

La familia de los anélidos está compuesta por seres cuyos cuerpos se componen de anillos queratinosos, de cientos de ellos, de compromisos duros, firmes y serios.

El propio anélido desconoce el número de anillos que compone su cuerpo, por lo que es común que adquiera nuevos anillos sin tener en cuenta el resto. Esto genera cuerpos fusiformes que les permiten cavar túneles profundos en la tierra o escabullirse entre las pequeñas diaclasas de las rocas sociales.

El anélido, realmente, no es un todo orgánico, pues muchos de ellos, al ser seccionados, mantienen con vida ambas partes de su cuerpo, pudiendo crear incluso un nuevo ser a partir de anillos sueltos.

Recientes estudios han confirmado que puede confiarse en los anélidos, pero únicamente en aquellos cuyos anillos no superan en número los dedos de una mano humana.

Gasterópodos

Gasterópodos: se dice de aquel animal cuyo aparato tractor está situado en la zona del vientre. Es decir, se llaman así todos aquellos animales que tienen los pies en el estómago, que sólo se mueven por su apetito, por el ansia de devorar.

Afortunadamente, los gasterópodos, por regla general, cuentan con un movimiento lento y una capacidad motriz de carácter torpe, por lo que a lo largo de su vida serán incapaces de satisfacer un alto número de sus apetitos.

Viven en cuevas, profundidades oceánicas, ministerios, y otros ambientes húmedos.

Desde tiempos inmemoriables están en guerra con los cefalópodos.

Transgénicos

Está demostrado que las gran mayoría de las palabras que consumimos actualmente son transgénicas. La ventaja de esto es que pequeñas parcelas humanas son capaces de generar cientos de miles de palabras capaces de alimentar el ego de personas e incluso poblaciones enteras. Lo negativo de este asunto es que todavía no están determinados sus efectos nocivos sobre la salud del cuerpo, y pese a que gran parte de políticos, escritores, tertulianos y demás intelectuales, han tratado de ocultarlo, se relacionan directamente con casos de cáncer de modestia.

Mitosis

Si a un ser humano le cortamos un brazo no crece de él otro ser.

Esto es algo que da que pensar.

Asimismo, ya sea directa o indirectamente, los seres humanos necesitan siempre de, como minimo, dos individuos para reproducirse.

Esto es algo a tener en cuenta.

Por mucho que la mojes, de la tierra no nacen los seres humanos.

De esto debería enterarse alguien.

Pero nada de esto tendría sentido si no fuera porque, entre los seres humanos, hay algunos que se reproducen por palabras.

Análisis clínico

Soy una persona.

Nadie suele imaginarse lo que significa decir esto.

Soy un ser con una carga genética. Soy un ser que responde a ciertos estímulos. Soy un ser con necesidades fisiológicas. Mi cerebro está cargado de neuronas unidas por sinapsis. Tengo sensaciones nerviosas y mi cerebro descodifica las imágenes que recibe inversamente.

Todo esto me convierte en algo, estoy seguro, pero no en persona.

Pueden calmarse con pastillas mis trastornos mentales. Mi cerebro puede ser educado mediante un sistema de estímulo-respuesta. Puedo perder mis emociones si me extirpan o dañan parte de la zona frontal del cerebro.

Sin embargo, aunque todos estos misterios que desvela la ciencia natural son tan útiles como necesarios, conocerlos todos nunca será motivo suficiente para decir que sé lo que me hace persona.

Soy una persona.

Y se dice a la ligera.

Porque no suele saberse lo que verdaderamente significa eso.